REDES DE APOYO EMOCIONAL: SANADORES EN LA ADVERSIDAD

Psic. Gabriela del Bosque
Corrección de estilo: Anna Andrade
Corrección de estilo: Anna Andrade
Los seres humanos tenemos una gran habilidad para adaptarnos a los requerimientos de nuestro entorno, desarrollamos habilidades a través de las experiencias de vida, evolucionamos y creamos constantemente nuevas herramientas para enfrentar las dificultades. En terapia gestáltica a esto lo conocemos como la autorregulación organísmica y es un concepto central de nuestro enfoque.
Los terapeutas confiamos en la autorregulación de cada persona. Sin embargo, sabemos que en ciertos momentos es inevitable que atravesemos por situaciones que no nos resulten fáciles de superar, que sean desconocidas o peligrosas emocionalmente para las que no disponemos de recursos suficientes de respuesta. Son momentos de duda, preocupación o contratiempo, que pueden ser de pequeña o mediana relevancia y que vamos atendiendo solitariamente día a día. A veces, hacer frente a constantes adversidades de pequeña intensidad puede llegar a experimentarse como una crisis de mayor consideración en el futuro.
Las crisis son momentos duales, representan una gran dificultad y a la vez son detonantes de procesos de cambio. El desequilibrio interno que provocan nos indica que algo ha dejado de funcionar y que necesitamos encontrar nuevas respuestas. Este desequilibrio perturba nuestra autorregulación, nublando nuestra capacidad de tomar decisiones.
Cuando nos acostumbramos a lidiar con estos desequilibrios internos en soledad, quizás motivados por la necesidad de autonomía y por la potencia que en estos momentos sentimos que hemos perdido, paradójicamente estamos renunciando al remedio de sobrevivencia y ajuste creativo más primario de la humanidad: la construcción de vínculos.
En estos tiempos de tanta incertidumbre, es vital para nuestro bienestar construir redes de apoyo sólidas. Resulta indispensable reconocer cuando hemos olvidado edificar relaciones de apoyo con quienes nos rodean y revisar si nos hemos estado relacionando de formas más superfluas de lo que necesitamos psicológica y emocionalmente.
La pertenencia a grupos sociales es fundamental para todos, pero desafortunadamente estamos en una sociedad poco enfocada en cuidar las cualidades de los encuentros. Las redes sociales digitales son un claro ejemplo, poseer muchos amigos y obtener “likes” nos brinda una rápida satisfacción y sensación de pertenencia. Estas redes sociales son un “shot” de motivación instantáneo y efímero.
Tengo la impresión de que estas interacciones sociales nos brindan un alivio ligero, “sin cuerpo”. Les falta la presencia del otro, las miradas, los silencios y los suspiros compartidos. En la inmediatez y lejanía de estos encuentros no se da ni el tiempo ni el espacio necesario para que el otro marque mi vivencia, la toque, deje huella y me ayude a descubrir lo que sigue en mi camino.
Esta carencia no creo que se deba a la cualidad “virtual” del encuentro, sino más bien a la intencionalidad emocional que fomentamos o no en la vinculación con los otros. Por lo que en algunas relaciones que tenemos en “la vida real” o “no virtual” también podemos caer en esta misma ligereza.
Por supuesto necesitamos este tipo de relaciones, todos disfrutamos de reuniones con amigos para relajarnos, reírnos, escuchar música y pasar el tiempo juntos, hablar con la familia de vez en cuando para saludar, o de una charla ligera en la cafetería con los colegas y compañeros de trabajo. Estos momentos compartidos con seres queridos nos hacen mucha falta y nos proporcionan estabilidad ya que cumplen una necesaria función: hacernos sentir aceptados y pertenecientes a un grupo social.
Sin embargo, estas relaciones no siempre brindan el apoyo firme que requerimos en momentos de vulnerabilidad. Cuando nos sentimos conflictuados o necesitamos mayor sostén, estas interacciones pueden llegar a percibirse también como vínculos “sin cuerpo” o insuficientes emocionalmente.
Es por esto que, a este tipo de encuentros casuales tanto en el mundo virtual como en el real, nuestro organismo (en tiempos de dificultad o cuando necesita ayuda para lograr su autorregulación interna) no los reconoce como entornos seguros para resguardarse y terminamos sintiéndonos solos estando rodeados de gente.
Es nuestra responsabilidad crear, cuidar y fomentar la red de apoyo. Este blog tiene la intención de movilizar nuestra consciencia sobre las cualidades de nuestros vínculos. Demos relevancia a generar en nuestro entorno relaciones que tengan la intención de ser una red emocional para todos sus integrantes.
¿Tienes una red de apoyo sólida?, ¿cómo construirla o reforzarla?
Las redes de apoyo emocional tienen ciertas características, aquí te comparto algunas y te invito a revisar cuáles son las cualidades que tú necesitas para sentirte sostenido en días difíciles.
Una red de apoyo emocional se basa en una relación en donde sus miembros:
Estas características relacionales convierten a una red de apoyo en vínculos sanadores en la adversidad. En tiempos de incertidumbre y aislamiento, crear vínculos sanadores es una habilidad que nos urge desarrollar. Contar con la presencia de personas con estas cualidades, nos brinda la protección y el amparo que permiten que nuestra autorregulación organísmica se active nuevamente y descubramos posibilidades aun en medio de la adversidad.
Asimismo, la consciencia y esfuerzo implicadas en la construcción de estos vínculos nos transforma. Ser parte de una red para otros es una oportunidad para contactar con lo mejor de nosotros mismos al servicio de quienes amamos.
Formar parte de un grupo de personas que se exponen a compartir sus vulnerabilidades confiando unos en otros, nos pone en contacto con el desarrollo de inestimables virtudes humanas como el respeto, la compasión, la templanza, la lealtad, la honestidad, y la generosidad.
He constatado, en mi propia experiencia y en la de otros, que la gran mayoría de las veces formamos parte de una poderosa red invisible (lamentablemente, a veces inadvertida por nosotros mismos) que está ahí para sostener a sus integrantes cuando sea necesario. Te invito a sentir tu red, a ponerla a prueba, a reforzarla o incluso a comenzar a tejerla si es que hace falta.
“Si quieres ir rápido camina solo, si quieres llegar lejos camina en grupo”. Proverbio africano
Ponte en contacto.
2 respuestas
Muy lindo recordar la importancia y el apoyo de los vinculos intimos y profundos en los que podemos mostrarnos vulnerables y recibirnos.
Gracias Tere por acompañarme y reforzar mi red con tus palabras 🙂