CUIDADO: PAREJA EN CONSTRUCCIÓN

Psic. Gabriela del Bosque
Corrección de estilo: Anna Andrade
Corrección de estilo: Anna Andrade
Las relaciones de pareja son una de las formas de interconexión más complejas que podamos experimentar; el nivel de intimidad y cercanía, aunado a las diferencias entre cada persona, hacen que construir un proyecto de vida juntos no siempre sea fácil de lograr.
Las parejas atraviesan fases o etapas que van desde el enamoramiento hasta el amor íntimo. Transitar estas fases se vuelve, inevitablemente, un camino de compromiso, crecimiento y transformación para quienes lo elegimos.
El enamoramiento es una experiencia que nos sucede, nos arrastra, nos invade; es una etapa necesaria para mostrar cada uno sus mejores virtudes y crear el vínculo afectivo. Es natural que el enamoramiento sea temporal. Aunque queramos prolongarlo, la pareja transitará hacia un estado diferente con el paso del tiempo.
Atravesar la desilusión, los conflictos, los desacuerdos y todo el mar de emociones que junto con ellos nos llegan no resulta para nada lo que esperábamos. A pesar de ello, se trata de una oportunidad para descubrir nuevas áreas de nosotros mismos y de nuestra pareja. Paradójicamente, a veces el conflicto es el espacio que nos permite acercarnos más.
Utilizar el conflicto como fuente de crecimiento
En el campo interpersonal de las relaciones de pareja se activan nuestros miedos más íntimos, es por esto que para muchos resulta amenazante la idea de acudir a terapia. Puede surgir miedo a perder al otro o perder partes de nosotros mismos en medio del caos que trae consigo la diferenciación.
A través de la terapia de pareja podemos construir un espacio seguro en donde la intimidad sea posible y cada uno pueda mostrar sus fragilidades. Un lugar donde la pareja pueda visibilizar cómo es su relación, los patrones relacionales existentes, sostener las diferencias y revisar cómo pueden convivir desde ahí.
Aunque nunca es tarde para iniciar un proceso de terapia, lo más conveniente es hacerlo en cuanto los conflictos sobrepasen la capacidad de diálogo o cuando los intentos por producir cambios en las dinámicas relacionales resultan inalcanzables por uno o ambos miembros de la pareja.
Si esperamos a que el malestar emocional sea muy elevado en uno o ambos miembros el proceso será más complejo. Si llegamos muy lastimados por las discusiones y peleas quizás sea tarde para acudir a terapia de pareja. Recordemos que las relaciones son un sistema vivo en constante movimiento y co-construcción. Como hemos compartido en otros blogs, las relaciones crecen, se enferman, se transforman y evolucionan pero también, como todos sabemos, son susceptibles de llegar a su fin.
Cuando nos abrimos a la posibilidad de que la relación de pareja se vuelva una oportunidad para ampliar nuestras formas y transitar hacia la madurez del amor íntimo necesitamos aprender a desarrollar la capacidad de mostrarnos vulnerables, transparentes.
Sin embargo, atravesar en pareja por momentos de fragilidad emocional requiere que desarrollemos ciertas habilidades relacionales, a esto nos puede ayudar la terapia de pareja. Revisemos algunos de los objetivos principales a trabajar a través de la terapia en pareja:
Si deseamos construir una relación que nos invite día a día al desarrollo de nuestras mejores capacidades relacionales, es necesario comprender que se trata de un proceso en constante movimiento, en donde ambos miembros se acomodan y desacomodan variando los grados de intimidad y deseo.
Es una apuesta de luces y sombras, de claroscuros. Lograr edificar una relación en donde quepa el otro con toda su humanidad incluyendo las diferencias, implica prepararse para ser transformado por la relación.
Desde la perspectiva gestáltica, nuestra identidad emergerá en el encuentro con el otro. Desde ahí, la terapia de pareja es una vía de acceso a la intimidad de nuestros propios significados, los del otro y el descubrimiento de nuevas posibilidades de co-crearnos mutuamente.
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